Lo que el ojo ve, lo que el ojo toma de la naturaleza. En formas, colores, su diversidad... Los sentimientos lo resignifican y lo plasman en diferentes objetos. Flores, plantas, animales... Recreados. Entrelazados. Como en la selva húmeda, ubérrima. Como homenaje a lo que nos brinda nuestro planeta. Como placer para el ojo que lo recibe.